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jueves, 31 de marzo de 2011

No hay negocio como el de la guerra. Por Pepe Escobar

Nadie sabe quién acabará obteniendo el petróleo, y el gas natural. Mientras tanto el espectáculo tiene que continuar. (Foto: Archivo)


Mentira, hipocresía y programas secretos. De eso no habló el presidente de EE.UU., Barack Obama, cuando explicó su doctrina libia a EE.UU. y al mundo. La mente se aturde con tantos agujeros negros que engullen esta espléndida guerrita que no es una guerra (una “acción militar, limitada en el tiempo, limitada en su alcance”, según la Casa Blanca), combinada con la incapacidad del pensamiento progresista de condenar, al mismo tiempo, la inclemencia del régimen de Gadafi y los bombardeos “humanitarios” anglo-franceses-estadounidenses.

La Resolución 1973 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha funcionado como un caballo de Troya, al permitir que el consorcio anglo-francés-estadounidense -y la OTAN- se convirtieran en la fuerza aérea de la ONU en apoyo a un levantamiento armado. Aparte de no tener nada que ver con la protección de civiles, esta acción es absolutamente ilegal según el derecho internacional. La fase final incorporada, como ya lo saben incluso niños africanos desnutridos, pero que nunca ha sido reconocida, es el cambio de régimen.

El teniente general Charles Bouchard de Canadá, comandante de la OTAN para Libia, podrá insistir todo lo que quiera en que la misión sólo se propone proteger civiles. Pero esos “civiles inocentes” que operan tanques y disparan Kalashnikovs como parte de un salvaje montón variopinto son en realidad soldados en una guerra civil, y el enfoque debe ser si la OTAN seguirá siendo desde ahora su fuerza aérea, siguiendo los pasos del consorcio anglo-francés-estadounidense. A propósito, la “coalición de los dispuestos” que combate contra Libia consiste únicamente en 12 de los 28 miembros de la OTAN más Qatar. No tiene absolutamente nada que ver con una “comunidad internacional”.

El veredicto final sobre la zona de exclusión aérea acordada por la ONU tendrá que esperar a la emergencia de un gobierno “rebelde” y al final de la guerra civil (si termina pronto). Entonces será posible analizar cómo se llegó a justificar el disparo de Tomahawks y los bombardeos; por qué se "protegió" a los civiles de Cirenaica mientras se atacaba a los de Trípoli con Tomahawks; qué tipo de grupo abigarrado de “rebeldes” era “salvado”; si todo el asunto fue legal para comenzar; cómo la resolución fue una cobertura para cambio de régimen; cómo el amorío entre los “revolucionarios” libios y Occidente podría terminar en un sangriento divorcio (recordad Afganistán); y qué protagonistas occidentales se pueden beneficiar inmensamente de la riqueza de una nueva Libia unificada (o balcanizada).

Por el momento por lo menos, es fácil identificar a los logreros:

El Pentágono

El jerarca del Pentágono Robert Gates dijo este fin de semana, manteniendo una cara seria, que sólo hay tres regímenes opresivos en todo Medio Oriente: Irán, Siria y Libia. El Pentágono está eliminando al eslabón débil, Libia. Los otros fueron siempre partes cruciales de la lista de eliminación de los malvados de los neoconservadores. Arabia Saudí, Yemen, Bahréin, etc., son modelos de democracia.

En cuando a esta guerra “ahora la ves, ahora no la ves”, el Pentágono se las arregla para librarla no una vez, sino dos. Comenzó con Africom establecido bajo el gobierno de George W Bush, reforzado con Obama y rechazado por numerosos gobiernos africanos, eruditos y organizaciones de derechos humanos. Ahora la guerra pasa a la OTAN, que es esencialmente la dirección del Pentágono sobre sus acólitos europeos.

Es la primera guerra africana de Africom, realizada hasta ahora por el general Carter Ham desde su cuartel en el no tan africano Stuttgart. Africom, como lo describe Horace Campbell, profesor de estudios estadounidenses africanos y de ciencias políticas en la Universidad Syracuse, es un engaño: “fundamentalmente es una fachada para contratistas militares de EE.UU. como Dyncorp, MPRI y KBR que operan en África. Los planificadores militares estadounidenses que se benefician con la puerta giratoria de la privatización de la guerra están deleitados por la oportunidad de otorgar credibilidad a Africom bajo la fachada de la intervención en Libia.”

Los Tomahawks de Africom también alcanzan -metafóricamente- a la Unión Africana (UA) que, a diferencia de la Liga Árabe, no puede ser comprada fácilmente por Occidente. Las petromonarquías del Golfo Árabe aclamaron todas el bombardeo, pero no Egipto y Túnez. Sólo cinco países africanos no están subordinados a Africom; Libia es uno de ellos, junto con Sudán, Costa de Marfil, Eritrea y Zimbabue.

OTAN

El plan general de la OTAN es controlar el Mediterráneo como un lago de la OTAN. Desde esta “óptica” (jerga del Pentágono) el Mediterráneo es infinitamente más importante actualmente como teatro de operaciones bélicas que AfPak.

Solo tres de las 20 naciones del Mediterráneo no son miembros plenos de la OTAN o aliados de sus programas de “cooperación”: Libia, el Líbano y Siria. Que no quepa la menor duda: ahora le toca a Siria. El Líbano ya está sometido a un bloqueo de la OTAN desde 2006. Ahora también se aplica un bloqueo a Libia. EE.UU. -a través de la OTAN- está a punto de lograr la cuadratura del círculo.

Arabia Saudí

Perfecto. El rey Abdullah se libra de su eterno enemigo Gadafi. La Casa de Saud -a su abyecta menera característica- hace lo imposible por beneficiar a Occidente. La atención de la opinión pública mundial es desviada de la invasión de Bahréin por los saudíes para aplastar un movimiento de protesta pacífico pro democracia.

La Casa de Saud vendió la ficción de que “la Liga Árabe” en su conjunto votó por una zona de exclusión aérea. Es mentira: de 22 miembros, sólo hubo 11 presentes en la votación; seis son miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (GCC), en el cual Arabia Saudí es el mandamás. La Casa de Saud sólo necesitó presionar a tres más. Siria y Argelia estaban en contra. Traducción: Sólo nueve de los 22 países árabes votaron por la zona de exclusión aérea.

Ahora Arabia Saudí incluso puede ordenar al jefe del GCC, Abdulrahman al-Attiyah, que diga con cara seria: “el sistema libio ha perdido su legitimidad”. En cuando a la “legítima” Casa de Saud y los al-Khalifa en Bahréin, alguien debiera incorporarlos al Salón de la Fama Humanitaria.

Qatar

Los anfitriones de la Copa del Mundo de Fútbol de 2022 son expertos en cerrar un negocio. Sus Mirage ayudan a bombardear Libia mientras Doha se prepara para vender el petróleo de Libia oriental. Qatar se convirtió rápidamente en la primera nación árabe en reconocer a los “rebeldes” libios como único gobierno legítimo del país sólo un día después de asegurarse el negocio de la venta del petróleo.

Los ‘rebeldes’

A pesar de todas las dignas aspiraciones democráticas del movimiento juvenil libio, sucede que el grupo de oposición más organizado es el Frente Nacional por la Salvación de Libia -financiado durante años por la Casa de Saud, la CIA y los servicios de inteligencia franceses-. El “Consejo Nacional de Transición Interino” rebelde es poco más que el buen Frente Nacional más unos pocos desertores militares. Es la elite de los “civiles inocentes” que la “coalición” está “protegiendo”.

En el momento justo, el “Consejo Nacional de Transición Interino” consiguió un nuevo ministro de Finanzas, el economista educado en EE.UU. Ali Tarhouni. Reveló que un grupo de países occidentales les dio crédito respaldado por el fondo soberano de Libia y los británicos les permitieron tener acceso a 1.100 millones de dólares de los fondos de Gadafi. Esto significa que el consorcio anglo-francés-estadounidense -y ahora la OTAN- sólo tendrán que pagar las bombas. En cuanto a timos bélicos éste es invaluable; Occidente utiliza el propio dinero de Libia para financiar a un montón de rebeldes oportunistas libios para combatir al gobierno libio. Y para colmo los estadounidenses, británicos y franceses sienten el amor por todos esos bombardeos. Los neoconservadores deben estarse pateando: ¿por qué al ex secretario adjunto de defensa de EE.UU., Paul Wolfowitz, no se le ocurrió algo semejante para Iraq 2003?

Los franceses

Oh la la, esto podría ser material para una novela de Proust. La principal pasarela de primavera en París es el desfile de modas del presidente Nicolas Sarkozy -un modelo de zona de exclusión aérea con accesorios de ataques aéreos Mirage/Rafale-. Este desfile de modas fue ideado por Nouri Mesmari, ex jefe de protocolo de Gadafi, quien desertó a Francia en octubre de 2010. El servicio secreto italiano filtró a medios noticiosos seleccionados cómo lo hizo. El papel de la DGSE, el servicio secreto francés, lo ha explicado más o menos en el sitio pagado en la web Maghreb Confidential.

Esencialmente el coq au vin de la revuelta en Bengasi había estado hirviendo a fuego lento desde noviembre de 2010. Los cocineros fueron Mesmari, el coronel de la fuerza aérea Abdullah Gehani y el servicio secreto francés. A Mesmari le llamaban “el WikiLeak libio”, porque virtualmente reveló todos los secretos militares de Gadafi. Sarkozy lo adoró -furioso porque Gadafi había anulado jugosos contratos para comprar Rafales (para reemplazar sus Mirage que ahora se bombardean) y plantas francesas de energía nuclear.

Eso explica por qué Sarkozy se ha mostrado tan agresivo para presentarse como el nuevo libertador árabe, fue el primer dirigente de una potencia europea que reconoció a los “rebeldes” (para molestia de muchos en la Unión Europea) y fue el primero que bombardeó a las fuerzas de Gadafi.

Esto deja al desnudo el papel del desvergonzado filósofo y especialista del autobombo, Bernard Henri-Levy, quien ahora se vanagloria frenéticamente en los medios del mundo de que llamó a Sarkozy desde Bengasi y despertó su vena humanitaria. O Levy es un mentecato o es una conveniente guinda “intelectual” agregada al pastel de bombas prefabricado.

El terminator Sarkozy es incontenible. Acaba de advertir a todos y cada uno de los gobernantes árabes que se enfrentarán a bombardeos al estilo de Libia si reprimen a los manifestantes. Incluso dijo que “el próximo” es el de la Costa de Marfil. Exceptuando, claro está, a Bahréin y Yemen. En cuanto a EE.UU., de nuevo está apoyando un golpe militar (no funcionó con Omar “Jeque al-Tortura” Suleimán en Egipto, tal vez funcione en Libia).

Al-Qaida

Y vuelve a aparecer el tan conveniente espantajo. El consorcio anglo-francés-estadounidense -y ahora la OTAN- están (de nuevo) combatiendo junto a al-Qaida, representado por al-Qaida en el Magreb (AQM).

El dirigente rebelde libio Abdel-Hakim al-Hasidi -quien combatió junto a los talibanes en Afganistán- confirmó ampliamente a los medios italianos que reclutó personalmente a “unos 25” yihadistas del área de Derna en Libia oriental para combatir contra EE.UU. en Iraq; “ahora están en las primeras líneas en Adjabiya".

Esto después de que el presidente de Chad, Idriss Deby, subrayara que AQM había atacado arsenales militares en Cirenaica y que ahora posee bastantes misiles tierra-aire. A principios de marzo, AQM apoyó públicamente a los “rebeldes”. El fantasma de Osama bin Laden debe de estar sonriendo de oreja a oreja; una vez más consigue que el Pentágono haga su trabajo.

Los privatizadores del agua

Es posible que poca gente en Occidente sepa que Libia -junto con Egipto- se encuentra sobre el Sistema Acuífero de Piedra Arenisca de Nubia; es decir, un océano de agua fresca extremadamente valiosa. De modo que sí, esta guerra “ahora la ves ahora no la ves” es una guerra crucial por el agua. El control del acuífero es invaluable, como el “rescate” de valiosos recursos naturales de los “salvajes”.

Este Ductistán del Agua -enterrado en lo profundo del desierto a lo largo de 4.000 kilómetros- es el Gran Proyecto Fluvial Hecho por el Hombre (GMMRP) que Gadafi construyó por 25.000 millones de dólares sin pedir un solo centavo al FMI o al Banco Mundial (¡qué pésimo ejemplo para el mundo en desarrollo!). El GMMRP provee a Trípoli, Bengasi y a toda la costa libia. Los científicos calculan que la cantidad de agua es el equivalente al agua que fluye por el Nilo en 200 años.

Hay que comparar esto con las denominadas tres hermanas -Veolia (antes Vivendi), Suez Ondeo (antes Generale des Eaux) y Saur- las compañías francesas que controlan más de un 40% del mercado mundial del agua. Todos los ojos deben concentrarse imperativamente en si se bombardean estos acueductos son bombardeados. Un panorama extremadamente posible es que si lo son, los jugosos contratos “de reconstrucción” beneficiarán a Francia. Será el paso final para privatizar toda esa agua, por el momento gratuita. De la doctrina del shock a la doctrina del agua.

Bueno, ha sido sólo una breve lista de logreros. Nadie sabe quién acabará obteniendo el petróleo, y el gas natural. Mientras tanto el espectáculo (de los bombardeos) tiene que continuar. No hay negocio como el de la guerra.

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

Pepe Escobar es autor de “Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War” (Nimble Books, 2007) y “Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge”. Su último libro es “Obama does Globalistan” (Nimble Books, 2009). Puede contactarse con él en: pepeasia@yahoo.com.


Fuente: http://www.atimes.com/atimes/Middle_East/MC30Ak01.html




Uruguay descubre indicios de petróleo por primera vez en su historia


Las autoridades uruguayas confirmaron este jueves el descubrimiento de indicios de presencia de petróleo en siete de sus 19 departamentos, confirmó el presidente de la empresa estatal de combustible Ancap, Raúl Sendic, quien especificó la presencia de las llamadas rocas generadoras de crudo.

Por medio de un comunicado sellado por la Presidencia de la República Uruguaya, Sendic explicó que en los departamentos de Artigas, Salto y Paysandú, (al noroeste), Durazno (ubicado en centro-sur), Tacuarembó y Cerro Largo (noreste) y Treinta y Tres (este) se encontró “una roca que es del período primario, del devónico superior" que puede generar el llamado oro negro.

“El anuncio es importante, no tanto porque se hayan encontrado pequeñas cantidades de petróleo libre sino fundamentalmente porque esa roca generadora (...) se encuentra también en otros lugares del país", expresó el vocero.

La roca presenta un 0,16 por ciento de petróleo producido y un potencial generador de 5,76 por ciento.

Ante el descubrimiento, Sendic agregó que las autoridades gubernamentales del país iniciarán una etapa de investigación, y agregó que "en los próximos dos años se van a hacer trabajos de exploración y perforación tanto por parte de Ancap como de empresas adjudicatarias" para explotar esas áreas y conocer la capacidad generadora de las rocas.

"Esa roca generadora albergó, a lo largo de millones de años, un alto contenido de materia orgánica. Ese es el dato más importante, porque favorece la formación de hidrocarburos en su interior", puntualizó.

La noticia también fue confirmada por el diputado nacionalista y ex intendente Carmelo Vidalín, quien recalcó que el estudio sobre la posible presencia de petróleo en Uruguay se venía realizando desde hace meses.

Sin embargo, para evitar que la noticia se disparara antes de que culminaran las investigaciones, Vidalín resaltó que se manejó el tema con "absoluta reserva".

El ministro uruguayo de Industria, Roberto Kreimerman, reforzó esta teoría, pues con mucha cautela se limitó a decir en una entrevista con una radio local que “hay datos positivos, pero son todavía muy preliminares".

Por su parte, el director de Ancap, Juan Gómez, indicó que “no podemos todavía cuantificar ni evaluar la calidad del hallazgo, ni saber si es rentable la extracción, pero sí está demostrado que no es una contaminación ni obedece a mezcla de ningún tipo, que es pura y exclusivamente el petróleo generado por la roca".

"Es un acontecimiento histórico, porque es la primera vez en Uruguay que podemos hablar de hallazgo de petróleo libre emanado de la roca madre (...) No es que tengamos un yacimiento ni que brotó petróleo en Uruguay, tenemos un indicador muy positivo que alienta la segunda etapa (...) hay que seguir con los estudios y profundizar las perforaciones", destacó.

En los últimos años, Uruguay ha fortalecido sus esfuerzos en materia de exploración petrolera, éstos se han enfocado tanto en Offshore (práctica en aguas marítimas profundas), en la llamada Plataforma Oceánica, como en Onshore (exploración en tierra), cerca del Río Negro, que cruza el país.

Actualmente, el país suramericano importa petróleo desde Venezuela, Ecuador e Irán, y según las autoridades uruguayas se espera que la nación pueda llegar al 40 por ciento de dependencia del petróleo; además de sustituir el 20 por ciento por energéticos renovables como la biomasa, la energía eólica, la solar y los biocombustibles.



teleSUR- Efe- Afp- La Nación- Prensa Latina / lp- MM





Honduras sublevada contra el régimen


Honduras sublevada contra el régimen
Violenta represión en todo el país no detiene el Paro Cívico Nacional

Giorgio Trucchi | Rel-UITA

Ataque a la sede del STIBYS
La violenta represión desatada la mañana de hoy (30 de marzo) por el régimen opresor de Porfirio Lobo, no ha detenido la gran movilización popular que se ha extendido en todo el país, en el marco del Paro Cívico Nacional decretado por el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP). Pero ha dejado como saldo el ataque violento a la sede del STIBYS, disparos a matar en el Bajo Aguán y decenas de heridos en todo el territorio nacional.

Honduras amaneció hoy semiparalizada, con cortes de carreteras en todo el país. Desde primeras horas de la mañana llegaban informaciones de las diferentes movilizaciones que estaban paralizando el tráfico nacional e internacional.

En la capital Tegucigalpa, la población en resistencia se desplazó en varios puntos de la ciudad, tomándose las principales arterias y los puentes vehículares.

Mientras tanto, centenares de maestros y maestras, que luchan para que no se privatice la educación y contra la brutal represión desatada en las últimas dos semanas, se reconcentraron frente las instalaciones de la Corte Suprema de Justicia, exigiendo la liberación de 20 colegas acusados de manifestación ilícita y sedición.

Ante esta nueva demostración de fuerza y capacidad de movilización del pueblo hondureño, el régimen sucedáneo del golpe de Estado mostró nuevamente su verdadera cara, al reprimir por segunda semana consecutiva al pueblo en resistencia.

“Están reprimiendo en todo el país, sin embargo la gente está resistiendo en Progreso, San Pedro Sula, Santa Rosa de Copán, Olancho, Colón, aquí en la capital y en muchos otros lugares. Han vuelto a tomarse las carreteras y siguen luchando”, dijo a Sirel, la coordinadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), Bertha Cáceres.

“Estamos peor que en los primeros días del golpe de Estado, sin embargo la gente ha aprendido y tiene una mayor capacidad de respuesta a la represión.

Estamos defendiendo nuestros derechos, nuestra territorialidad y nuestras conquistas. Estamos convencidos de que esta movilización permanente no va a parar”, aseveró Cáceres.

La directiva del COPINH condenó también la política hipócrita de Estados Unidos, que sigue financiando los cuerpos represivos del Estado y mantiene sus tropas desplazándose en territorio hondureño.

STIBYS bajo asedio

Durante la brutal represión ordenada por el régimen hondureño, la sede del combativo Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Bebida y Similares (STIBYS) ha sido violentamente atacada, con un saldo de varios heridos y detenidos.

“Las organizaciones sindicales y populares tomaron las carreteras frente al STIBYS desde las 6:30 de la mañana. A las 10:30 centenares de efectivos policiales y militares nos atacaron con bombas lacrimógenas y tanquetas lanza-agua, cargadas con líquido urticante. Comenzaron a golpear salvajemente a las personas y a perseguirlas por los barrios cercanos a nuestra sede”, dijo a Sirel, el vicepresidente del STIBYS, Porfirio Ponce.

Muchas personas buscaron refugio en la sede del STIBYS. Eso no detuvo la violencia criminal.

“Desde la calle empezaron a disparar bombas lacrimógenas dentro de nuestra sede. Ya no se podía respirar, muchas personas fueron trasladadas al hospital y hay detenidos.

Pese a la represión no nos van a intimidar, ni a detener. Vamos a seguir con esta lucha, que es del pueblo hondureño en defensa de los derechos de los trabajadores y trabajadoras, de las conquistas sociales, por la educación y salud pública, contra las políticas neoliberales.

Este régimen –continuó Ponce- surge de un proceso viciado y es continuación del golpe. En Honduras no hay institucionalidad, y los poderes fácticos que controlan el país quieren llegar hasta las últimas consecuencias.

Pero aquí hay un pueblo que no se va a callar. Ya llevamos más de dos semanas siendo reprimidos y seguimos en la calle. Mañana vamos a movilizarnos nuevamente y hacemos un llamado a la solidaridad internacional para que denuncie lo que está pasando”, concluyó el vicepresidente del STIBYS.

Mientras se terminaba de redactar esta nota, el dirigente magisterial y directivo nacional del FNRP, Wilfredo Paz, comunicó a Sirel que la policía abrió fuego contra los manifestantes en el Bajo Aguán. El saldo es de varios heridos.

“La policía nos desalojó con violencia y comenzaron a perseguir a las personas disparando balas vivas. La gente se reagrupó y trató de volver a cortar la carretera en la zona de Sonaguera”.

Hay decenas de heridos a lo largo y ancho del país, la policía disparó contra profesores, campesinos y miembros de la Resistencia”. Además la policía invadió la Universidad Autónoma de Honduras, con igual hostilidad, los estudiantes están resistiendo pero el cerco es cada vez mayor.









miércoles, 30 de marzo de 2011

FORTÍN YUNKÁ: Historias de Formosa


BREVES RAZONES QUE NOS DAN LA ESENCIA
Alguien pregunta algo sobre historia formoseña; buena parte de las personas tiene un conocimiento determinado, generalmente marcado por las etapas de sus vidas, aquí; con suerte, se conocen hechos de hace cincuenta años o menos (por dar una cifra generalizadora); quien sepa cosas más allá en el pasado (dejando aparte los conocimientos básicos, como la fundación de la ciudad, por ejemplo), goza indudablemente de un privilegio, si no económico —que es lo menos probable—, personal, caracterizado en la simple y prestigiosa curiosidad. Los hechos históricos provinciales nacen en el pasado y allí sobreviven y mueren, salvo que otro intente rescatarla de entre las cenizas y avivar su importancia, en cuyo caso el esfuerzo no sería muy valorado. Ya no importa. Todo se relega a un segundo plano hoy en día —a no ser por hechos demasiado recientes y demasiado brillantes en repercusión y alcance para exteriorizarlos, con lo cual se alimenta alguna especie de recuerdo—; sembrada en tierra seca, no cultivada y, a más, archivada, fenece la historia en el olvido. Fuera y aún dentro de eso, podríamos decir —triste y evidentemente— que no hay profeta en su tierra, que acaso la tierra misma no gusta en darle cobijo. Dominados, entonces, por un insanable sentimiento, no tendremos alternativa a la resignación, de tal manera que podemos ceder nuestras raíces a ingenios ajenos de suelos foráneos; querrán éstos encargarse algún día de lo que —como pésima paradoja— nos pertenece y no nos incumbe. Acaso lo harán.
Pero, aún sabiendo esto, nos queda por hacer un esfuerzo vano y poco posible, pero no por eso insensato. El reto es hacer un viaje a los hechos mediante lo poco que tenemos al alcance, repasar una historia probable y relativa: incierta. Hagamos otro intento de reavivar el débil rescoldo que es la historia del extenso suelo al que estamos arraigados, crucemos las líneas temporales para demostrar que, si algo como esto fue posible de concebir, hay bastante más allá afuera, desperdigado en las costumbres, las leyendas, los documentos mentales: la cultura. La verdad exacta inevitablemente difuminada.
Cargamos sobre nuestras espaldas el deber (y, prácticamente, la obligación) de inmiscuirnos en nuestros propios documentos históricos, ajenos, no obstante, a la realidad a la que estamos acostumbrados —entretenidos y distraídos por la preocupación constante en la incertidumbre del provenir—, para investigar un lejano y tardío hecho funesto que manchó de sangre el suelo nórdico argentino, formoseño, bautizándolo en una de las primeras tragedias de la que somos ignotos herederos; y, proclives al conocimiento de lo propio-ajeno, intentaremos sonsacar de las entrañas de esta tierra y su pasado, las respuestas a dignas preguntas de un suceso que reclama transparencia y motivos justos en lo más profundo de su injusticia, si así lo fue.[Rodrigo Villalba]


PRÓLOGO

Tomando un punto de vista muy subjetivo, que englobe la situación general del país, para el año 1919, podríamos decir que —por el dato de la fecha— cometimos un error en la investigación: Sintéticamente, la Argentina atravesaba por una época en pleno auge de inmigración europea, progresismo optimista, ideas políticas maduras, proyectos de superación nacional innovadores, y un poder gubernamental democrático extremadamente estricto, bajo el dominio de Yrigoyen. Y esto es aún poco si lo comparamos con la situación a escala internacional, en un mundo de posguerra, revoluciones armadas e ideologías políticas, sociales y económicas en pleno crecimiento.
Quién lo hubiera dicho: Como arrebatados de una línea temporal ajena, los indios aún acechando sus expoliadas tierras, esperando todavía —admirablemente— a poder recuperarlas en cualquier momento, atisbando expectantes a un descuido que les permita recobrar su territorio. No obstante su esparcimiento, organizados como siempre. Insospechados. Allí existen bajo una inescrutable máscara de pasividad y desmedro, engañando la primitiva razón de los usurpadores, cuando en verdad observan cautos e ingeniosos el movimiento de sus “vecinos”. La forma original y su esencia es y siempre fue la unión de la fuerza: el malón; como siempre que merecieron llamarse indios de barbarie y no, simplemente, aborígenes.
Más feliz que tristemente, todo esto pudo y puede ser mentira. Parece inexplicable.
Pero se entiende, tratándose de un territorio en pleno desarrollo, con apenas cuarenta años desde su fundación, aún sin límites definidos y sin siquiera un nombre oficial, y, finalmente, permaneciendo a más en un remoto rincón del mundo. Lo increíble puede tornarse admirable, por juicio y simpleza de la verdad y testimonio de la tierra.
Admirable, pero casi incoherente, por darle un sentido.

CAPÍTULO PRIMERO. De principios, sucesos y hallazgo.

La historia inicial
Basados en diferentes fuentes de información, podemos ordenar el principio y origen del Fortín Yunká comenzando de esta manera.
Durante la presidencia de Figueroa Alcorta (1860-1931), más específicamente el 21 de julio de 1907, se dicta un decreto que dispone el avance de las Líneas de Frontera y la creación de una División de Caballería, compuesta por los Regimientos 5, 6, 7 y 9, denominada División de Caballería del Chaco, encargada de cumplir lo dispuesto.
Iniciada la acción, al paso de los meses, tras cruentos enfrentamientos y sobreviviendo a las condiciones territoriales, se logra ganar tierras de manos de los indios. La operación presenta mayor desarrollo por parte del Regimiento 7 de Caballería, el cual establece diversos puntos de control en poco tiempo y consigue reemplazar gran parte de la “molestia aborigen”.
Facilitado el paso, de tal modo, se construye un nuevo camino que une a la localidad de Presidente Roca (Chaco) con el asentamiento del Regimiento 9, a 173 kilómetros de la localidad de Formosa, sobre la línea férrea a Embarcación (Salta), constituyéndose la población de Comandante Fontana.
En dicha situación, afectadas numerosas tribus aborígenes con el avance de los hombres, se presenta el deslizamiento e invasión de grupos toba del Sur —provenientes del Chaco— en tierras formoseñas, dominadas por grupos toba del Este, produciéndose enfrentamientos entre dichas tribus aborígenes por posesión de tierras.
Ante la amenaza común, un sector se ve en condición forzosa de unirse para resistir el ataque continuo de los invasores —en este caso, tanto hombres civilizados como aborígenes—. Como resultado se obtiene una fusión poco convincente de grupos toba y pilagá quienes conviven a su vez con aborígenes maká, éstos últimos provenientes del Chaco paraguayo. Se designa como líder al cacique pilagá Garcete, una especie de caudillo sobresaliente de los indios, razón por la cual es muy estimado tanto por sus pares como por los hombres, que se limitan a vigilarlo en cada ocasión. La alianza se celebra en un lugar denominado por ellos como «omaqá» —cuya pronunciación vaga suena «Yunká»—, sitio de reunión de tribus guaycurúes para dar ceremonia de la maduración del algarrobo, que comprende también la fiesta de la aloja. Como tradición, esta zona representaba desde hace tiempo un enorme significado cultural, étnico y social para los aborígenes.
Es necesario hacer un paréntesis aquí, para aclarar sobre el topónimo Yunká que, además de ser el nombre con que denominaban dicho lugar, en una escasa diferencia de pronunciación(«Yucá»), en lengua guaraní significa «matar». Esto, con el correr de los años, vendría a crear premoniciones y miedos efímeros pero ubicuos a la vez en los habitantes del fortín.
Empero, la tan valorada unión de fuerzas no basta y, con el tiempo, cae en decadencia, pasando a ser un mero bastión por poco pasivo de indiferencia —o, al menos, eso aparentan— y resignación a soportar las presencias foráneas como, simplemente, mala compañía.
A partir de 1912, se continúa en forma constante la ocupación del territorio, proyectada por el Poder Ejecutivo para la obtención de tierras aptas para la producción agrícola. La reducción de los indios —que, después de los combates, no ofrecen más resistencia organizada y, en algunos casos, terminan aliándose al ejército como baqueanos—, se hace más evidente y notable.
En dicha condición, no abandonando sus principios —siempre expectantes por recuperar el terreno que los tobas del Sur tomaron— y traicionando sus propias raíces, pilagás y tobas del Este guían a las tropas en el avance contra los tobas del Sur, hasta desplazarlos a un determinado punto, abarcando toda la zona desde Yunká. Y, aprovechando la desorganización momentánea de los indios, que se desperdigan en varios kilómetros por todo el territorio, al considerar a dicho lugar como un posible foco de concentración de estrategias y organización de insurrecciones indias —no importa de qué tribu, nunca los salvajes inspiraron confianza—, deciden establecer un puesto de control que servirá a su vez como extensión de la línea de fortines que se inicia bordeando el Río Bermejo. En esa base se levanta una construcción precaria de adobe y paja para la vigilancia; es el Fortín Yunká, usurpando el festejo a los dueños originales cuyo paradero para ese entonces es intencionalmente desconocido y poco importante, total allá les resta un desierto inmenso para vagar.

Caracteres del fortín
El Fortín Yunká, como se mencionó antes, era una construcción básicamente de adobe y paja, como una buena mayoría de los fortines comunes. Se componía de varios ranchos reforzados con troncos de palma en la pared y en el techo. La comandancia, la cuadra, el depósito, la cocina y la enfermería eran construcciones independientes que encuadraban un patio. En la parte posterior estaba el corral y una empalizada; en torno se encontraban los ranchos, donde algunos soldados tenían sus mujeres y sus hijos, único medio de que aquellos quisieran permanecer estables en los fortines.
Los ranchos, que sumaban quince en total, se encontraban separados por una distancia no menor de cincuenta metros. Esto, debido a que fue construido con una capacidad habitacional de, al menos, ciento veinte personas, resultando muy amplio para los pocos habitantes —una veintena de ocupantes— que en esos momentos vivían, quienes a su vez tuvieron en cuenta un interés personal de independencia y comodidad, haciendo notable su diseminación dentro del caserío. Esta forma de distribución sería de crucial importancia, pues resultaría uno de los factores decisivos del asalto.
Según un informe médico, el plano de implantación del fortín correspondería al de un rombo a ejes desiguales; su eje mayor, que sería el que va del frente al fondo, mediría fácilmente tres hectáreas; su eje menor, que atravesaría en el centro al fortín, tendría fácilmente dos hectáreas.
También se afirma que el fortín ocuparía el claro de unos mil metros cuadrados que dejaba el monte.
En 1917, se solicita al Poder Ejecutivo la autorización para entregar las zonas ocupadas por el Regimiento 9. Aceptada la propuesta, y por no abandonar la custodia de la frontera, se crea una unidad de Gendarmería que se encargaría de vigilancia y policía que desempeñaba dicho regimiento. La tropa debía constituirse por voluntarios, por lo que tardaría algún tiempo en armarse; ante esto se dispone que el Regimiento 9 deje en el Fortín Yunká el personal de tropa que voluntariamente quiera quedarse, sirviendo de núcleo para la futura organización de mencionada Gendarmería. Esto no se había concluido al momento del asalto en marzo de 1919.

Versiones aproximadas de los acontecimientos
Por motivos que nunca llegamos a entender, la mayoría de la historia, desde la construcción del Fortín Yunká hasta su destrucción, no se contempla como algo que sea de verdadero interés conocer. Hay fragmentos del tiempo, en un suceso, que pierden su valor relativo, que el mismo suceso les dio, cuando sólo su culminación absorbe toda la importancia, y su principio la aplaca.
En las historias relatadas por nuestras fuentes, se generalizan los aspectos de la vida fortinera. Nada extraordinario, si no el silencio, la soledad acompañada, el calor y el cansancio, el aburrimiento, la bebida, las noches de reunión y los planeamientos principales, la desesperanza y el desinterés en la misma codicia por el dinero, el materialismo y el comportamiento altruista y patriótico donde se lo necesita tal. El simple vivir y nada más, la rutina infinita del casi no existir, y la imperturbable calma que devora las cavilaciones del hombre en medio de la nada. Incluso se parafraseaban versos del célebre José Hernández encarnado en Martín Fierro, para resumir y dar una visión global del trabajo en el fortín.
Entonces de nada nos sirvió —por esta vez— la curiosidad. Saber sobre los jefes anteriores sería un dato complementario mas no vano. La siguiente, es la historia que logramos construir.
El 18 de marzo de 1919 arriba, acompañado de su familia —una joven mujer y cuatro niños—, al Fortín Yunká el Sargento Primero Fermín —a veces, erróneamente llamado Fernando— Leyes, con objeto de relevar al Sargento Primero Rodolfo Giménez, el que había recibido desde Fontana la orden de entregarle el puesto.
La participación de Leyes en el Fortín Yunká es determinante, ya que toma medidas que disminuyen la seguridad.
Ese mismo día parten en compañía de Giménez los soldados Bustos y Almeyda en comisión de recoger la correspondencia destinada a Yunká; el viaje les llevaría aproximadamente un día, retornando al Fortín el 19.*
El mismo día del asalto.
La versión más acertada —se presume— sobre el hecho relata un día común y corriente, donde no existen testigos que puedan afirmar sobre extravagancias en la rutina o las zonas aledañas al asentamiento, en cuyas horas de descanso, típicas siestas intermediando al trabajo cotidiano, los habitantes del fortín caen en sorpresa de un repentino ataque indio a traición. Resulta una vil estrategia del malón y, por tanto, una victoria. Inesperado y poco común, les cuesta la vida a todos.
La actuación de los aborígenes, comportándose en la miseria como inútiles, dejados, apáticos y moribundos, había engañado a tal punto a los militares, que habían dejado de considerarles una amenaza y, adicional y prácticamente, convivían con ellos. La inteligencia de los dueños del suelo era infinita: estudiaban todo y lo planeaban en secreto y con perfecto disimulo. Eso fue principio del infausto final.
Producto del súbito ataque, abandonan su existencia las almas de los soldados Eugenio Franco, Ramón Maciel, Alejandro Fleitas, Marcos Vallejos y Remigio Morínigo; el Cabo Rafael Zalazar; las mujeres y esposas Demencia Pintos, María Ojeda, Polonia Enciso; cinco primogénitos suyos y, finalmente, el Sargento Primero Fermín Leyes.
Como feliz gracia a tanta desgracia, sobrevive al suceso el hijo del Cabo Waldino Almeyda, Ramón Enciso, de unos cinco años. No obstante, se señala en otra versión a un segundo sobreviviente, que se trataría de una niña de siete meses, hija del mismo soldado.
Mencionado oficial, en compañía del soldado Bustos, retornan por la tarde al Fortín Yunká casi al cobijo del oscurecer, percatándose de varias anormalidades allí, entre las cuales se conocen el hecho de que no se divise humo de fogata —el cual era prácticamente un distintivo de esa hora—; que el pabellón continúe enarbolado; que ronden los cielos negras siluetas de aves —específicamente caranchos y cuervos—; a la proximidad, que no se perciban sonidos, ni el más mínimo que indique presencias.
Una vez llegados, son testigos de un macabro escenario de violencia: los cuerpos de hombres, mujeres, niños y animales indiscriminadamente degollados y abandonados al azar en el suelo, desnudos, cubiertos de sangre y en posición de cúbito ventral, siendo asimismo partícipes de una macabra orgía de carroña.
No siendo de mucha utilidad, los hombres deciden retirarse hacia Fontana para dar nota del hecho, llevándose al sobreviviente. Allí pondrían al tanto al Teniente Primero Narciso del Valle, quien a su vez parte de inmediato con una comisión de ocho hombres hacia el lugar del hecho.

Caracteres del ataque
Según relatan diferentes fuentes, los aborígenes, enterados de las costumbres de la tropa con relación al descanso de la siesta, dejan transcurrir un tiempo prudencial que supone la sumisión de los soldados al sueño, distribuyéndose luego en grupos que verificarían aisladamente el asalto, anulando así el socorro mutuo que podrían brindarse los oficiales. Con una superioridad numérica abrumadora, inician conjuntamente la acción con tanto éxito que podría afirmarse que hubo hombres que resultaron degollados prácticamente mientras dormían.
Atacaron con macanas y cuchillos, en conjunto: pudo comprobarse que los fortineros fueron ultimados con el garrote y luego degollados. Sólo en una ocasión se utilizó un arma de fuego, y fue la perteneciente al Sargento Leyes, que dispararon en su contra.
El relato del medico del Regimiento de Gendarmería de Línea demuestra que Leyes, su mujer, sus hijos y el soldado Maciel, fueron atacados en la casa del jefe; la compañera de Bustos en su rancho; el soldado Morínigo y su mujer, en el suyo; la de Almeyda, que se encontraba lavando, es ultimada junto con los hijos; en la cuadra dormían los soldados Franco y Vallejos ; en la pieza anexa se encontraban el cabo Zalazar y el soldado Fleitas, uno de los cuales es muerto en el patio, mientras el otro corre hacia la armería, y, acosado por los indios, se interna en el monte donde luego se le da muerte.

La reivindicación del suelo como objeto de venganza, como verdad
El argumento principal contempla el sentimiento vengativo del indio por naturaleza, propone diferentes razones que motivaran el despiadado ataque al asentamiento militar.
Una versión comenta que el deseo de venganza nace luego del asesinato de un indio pilagá por parte de un oficial, el que es arrestado y puesto en libertad a las pocas horas. Eso los irrita. A partir de allí, se ven impulsados por sus instintos ancestrales, y, habiendo hecho paz y alianza con sus enemigos tradicionales —los indios maká—, aprovechan su mayor fuerza para asaltar el fortín y, como es costumbre de todo malón, terminan matando a todos y robándose todo lo que quisieron. De esta manera, se reconocían causas comunes a todo malón que jalonó la historia de la lucha contra el indio.
En cambio, según testimonios de los mismos descendientes, el ataque se debe a la ruptura de la alianza entre el grupo maká y pilagá. Al retirarse hacia el Chaco Paraguayo, los maká toman por sorpresa el Fortín Yunká, devastándolo a manera de aplacar su furia.
Y la idea más generalizadora, que es común en todo caso, propone sencillamente que los indios quisieron reclamar su suelo, pero, profanado éste, al no pertenecerles ya el honor y agasajo de habitarlo, tomaron como paga y ofrenda a su sed de venganza, las vidas de unos cuantos desgraciados ladrones.

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* Otros autores pasan por alto este detalle y, en cambio, manifiestan que la ausencia de estos soldados se debía a que el día 19 habrían llevado a los bueyes a pastorear en un lugar muy apartado del Fortín.


CAPÍTULO SEGUNDO. El después y la búsqueda de los responsables

Auxilios y refuerzos
El 22 de marzo de 1919 se tuvo conocimiento en la ciudad de Formosa que el día anterior habían llegado a Comandante Fontana noticias del Fortín Yunká, de que había sido atacado por indios el día 19, dando muerte a varias personas. También se daba a conocer que el Teniente Primero Narciso del Valle había partido inmediatamente desde allí en dirección al puesto atacado, en compañía de ocho hombres, entre los cuales se hallaba el Sargento Primero Rodolfo Giménez. Más tarde se uniría, a dicha comisión, otra proveniente de Las Lomitas.
Noticia aparte, se supo que el día 21, luego del paso de Del Valle por Pegaldá, los indios asaltaron dicho puesto dos veces sin tener éxito, y retirándose finalmente a cierta distancia donde, se creía, preparaban refuerzos para un nuevo ataque.
El grupo al mando de Del Valle, llegó a Yunká el día 24 de marzo. Allí encuentran a las víctimas completamente desnudas y en posición de cúbito ventral; los cuerpos irreconocibles, en pleno proceso de descomposición y picados por las aves, resultan imposibles de identificar, siendo considerados aisladamente, y disponiéndose su entierro en una fosa común.
El día 25, el Capitán Enrique Gil Boy, quien estaba a cargo del Regimiento de Gendarmería de Línea en Formosa, parte en camino al lugar de los hechos, a bordo de un tren expreso que lo dejaría en Fontana y, al día siguiente, con refuerzos llegados desde Las Lomitas, marcharía a lomo de mula hacia el Fortín Yunká, donde llegó hacia finales del día 30 de marzo, habiendo cruzado caminos abiertos en el monte, intransitables, cubiertos de agua, vadeando riachos y esteros desbordados. En el trayecto pudo informarse, por boca de un corresponsal del diario «La Prensa», de algunos detalles complementarios a lo que ya conocía. Supo así que el cabo Waldino Almeyda, que llevaba correspondencia, llegó a Yunká en la noche del 19 y relató que más o menos ocho leguas antes encontró al cantinero, un tal Benítez, quien le informó que, estando allí, no había novedades; pero al aproximarse, el silencio y la oscuridad le anticiparon que algo grave había ocurrido; al penetrar en su rancho halló a dos de sus hijos golpeados, y, fuera de la casa, a tres mujeres y un niño degollados, siendo el niño y una de las mujeres, esposa e hijo. Ante esto, resolvió regresar a Fontana con quienes, supuso, eran los únicos sobrevivientes. Luego uno de los niños, el mayor, contó que el día del asalto un indio entró al rancho y, a cada uno —él y su hermano—, lo tomó de un pie, lo alzó y lo golpeó contra el suelo, mientras su madre conversaba con otras fuera del rancho.
Un día antes de la llegada a Yunká, Boy se enteraría, por medio de un chasque enviado desde Fontana, del arresto de los caciques Tesochi, Nela-Lagadik, Sarco y Taike, por orden del Teniente Primero Roberto Bravo, quien, a su vez, consideró útil a Nela-Lagadik como baqueano para guiar a las tropas de Boy. El cacique llegaría esa misma tarde custodiado por tres soldados; se ofreció a conducirlos, confesando ser un enemigo acérrimo de Garcete, a quien por entonces ya se atribuía el asalto; pero en las primeras horas del día 30 se escaparía, aprovechando una fuerte tormenta, lanzándose al río.
Finalmente, llegados a destino, comprueban la veracidad de lo informado. El Sargento Pascual Ramírez se encarga de relatarle el hallazgo: sólo animales con vida(1); en el patio del Sargento Leyes hallaron el cuerpo de su mujer; en la cuadra de la tropa, los de los soldados Franco y Maciel; junto a la puerta de la misma, el del soldado Vallejos; el de Morínigo y su esposa, en su rancho; el del Sargento Leyes y el del cabo Zalazar, decapitados ambos, en un aljibe; los restos de los hijos de Leyes, dentro de un pozo ciego; a éstos se agregaban los de las mujeres de Bustos y Almeyda, y el del hijo de éste último; sólo se hallaron las trenzas de la hija mayor de Leyes, de quien subsiste la leyenda de que fue llevada cautiva por los maká, de cuyo cacique, se decía, era esposa. Sin embargo, el informe médico del forense afirma que la niña habría sido presa en un primer momento, pero luego fue devuelta al fortín y, de la misma manera, degollada.
El 1° de abril reanudaron la marcha en dirección noroeste, ahora especialmente en persecución de los autores de la matanza, dejando en Yunká 15 hombres —con lo que los hombres ahora serían 45—, y avanzando con el mismo ritmo dificultoso. La meta final era Lacaldá, en el estero Patiño, donde se establecía la toldería de Garcete. A poco avanzar, se topan con rastros de fogones que delatarían la presencia de unos 250 indios, los que a su vez dejaron restos del pillaje, como frascos, ollas o botones que habían pertenecido al fortín.
El recorrido abarcó Codiquigalqui, Paralí, el Fortín Lagadik (hoy Fortín Lugones); se vieron en necesidad de cruzar el riacho Tala en una balsa de palmas secas; en el ínterin acabaron con todas su provisiones de alimento. Hacia el 4 de abril marcharon a China Satandí donde, habiendo perdido el rastro, y separados en comisiones, muere a mano de una de ellas —a cargo del cabo Méndez—, el cacique pilagá Chimagasogoy, cuya toldería asaltarían seguidamente en su afán de encontrar a los culpables de la masacre en Yunká, secuestrando un buen número de ganado.
Finalmente, el 5 de abril, alcanzaron la costa del estero Patiño, siguiendo al día siguiente con instrucciones de exploración, seguridad y preparación de armamentos. Después de varias patrullas exploradoras, el baqueano Juan Sico volvió anunciando haber encontrado el camino principal a Lacaldá. La orden es partir el 7 de abril, avanzando con precaución y el menor ruido posible. Esa misma madrugada se aproximaron a tal punto que no podían desplazarse ya sin ser vistos, por lo que Boy ordenó pie a tierra en línea de tiradores, quienes en abanico se abrieron en tres líneas escalonadas: cuerpo a tierra, rodilla en tierra y de pie. Apuntaron hacia un mismo objetivo y abrieron fuego sin obtener réplica. Avanzaron hasta la toldería, que había sido abandonada poco antes. Allí yacían muertos por las balas padre, madre y hermanos de Garcete.
Como esperaban, en los toldos hallaron varias pertenencias del ejército(2), y, como evidencia principal que convertía a los pilagá en responsables del ataque al Fortín Yunká, el mulo de carga con el sello 606, perteneciente a dicho fortín.
Cerca de las 10 de la mañana se retiraron para enviar una comisión por la tarde, para atacar la toldería en caso de que se hayan reunido nuevamente los indios. Como recurso de erradicación no definitiva pero valedera de esa amenaza salvaje, prenden fuego a los toldos, donde perecería abrasado un indiecito que dormía en una hamaca. Y, confiesan, aunque intentaron salvarlo de esa cruel muerte, la inmensidad de las llamas era tal que a cincuenta metros se tornaba insoportable, por lo que no pudieron hacer nada. Ramírez, ingenuamente comentaría que un inocente pagó con su vida el error de los mayores.
Con insatisfecha satisfacción emprenderían el retorno a Yunká al día siguiente. El intento por recuperar armas y ganado robados del fortín asaltado fue un fracaso; a partir de aquí se vislumbraría una versión de un ataque en dos actos al Fortín Yunká: la masacre a manos de los maká, quienes se llevaron ganado y armas, y el pillaje de los pilagá, que sólo cumplirían la función de saqueadores.
Tras un repetido largo camino arriban a Yunká el día 16. Para entonces el fortín había sido reconstruido en la margen derecha del arroyo Porteño. La noticia adicional señalaba la llegada desde Formosa de una nueva comisión el pasado 10 de abril, en la cual participaba el médico forense Irundo P. Costa, quien —con la finalidad de desarrollar el informe médico— procedió a exhumar los restos e inspeccionar minuciosamente el estado del fortín. En su informe describía la dificultad que tuvo en realizar la autopsia por el estado en que se encontraban los restos, confundidos por haber sido enterrados en la misma fosa y sin orden alguno; de esta manera, sólo pudo determinar algunos aspectos, como el color de la piel y el cabello, y, con ayuda de los legajos personales e informes de la tropa, pudo realizar una no muy segura tarea de identificación.
Asimismo, el minucioso estudio ocular de la construcción levó a Costa a desarrollar como conclusiones, entre otras: que el asalto fue realizado en dos tiempos, primero el asalto y luego el saqueo; que no hubo lucha, resultando asesinados todos in situ; que la separación de los ranchos y el aislamiento dieron a los indios la posibilidad de elegir el mejor medio de ataque; que la causa de su rebelión fue un modo de vengarse del sometimiento de los profanadores; que, producido el desastre, el saqueo fue su consecuencia; que los soldados resultaron víctimas de su confianza. Acompañó a lo dicho una descripción muy prolija de las condiciones en que halló cada parte del asentamiento.
Quedó en Yunká, como jefe accidental, el Sargento Primero Narciso del Valle, con una dotación de treinta y cinco soldados. El día 17, la comisión comandada por Boy retomó hacia Fontana, donde llegaron el 21 para hacer entrega de todo el ganado secuestrado. Finalmente, viajando en tren, alcanzaron Formosa, el día 22 de abril de 1919.

Caracteres de la búsqueda-represión
En aspectos generalizados, la persecución al mando del capitán Enrique Gil Boy fue presentada como violenta y sanguinaria, caracterizada por la incineración inmediata de cualquier toldería que fuese hallada, sin previa inspección. Esta forma de actuar encontraba su justificación en las condiciones execrables del territorio —calor agobiante, insectos molestos y la amenaza constante de víboras—, que aumentaba en los hombres la excitación y el ansia, movidos por el asesinato de sus compañeros y otra gente inocente, alimentando el deseo de atrapar a los culpables, no sólo en el jefe, sino, como sentimiento común, en todos los soldados de la comisión. Casi cegados por este sentimiento, soportaron largas jornadas de hambre, alegando que las vidas truncadas en Yunká clamaban justicia aleccionadora y había que continuar hasta el fin, aunque fuera sin racionamiento.
Para ellos el indio fue, es y será siempre el indio, un ser cobarde y ferozmente traidor cuando el número le favorecía, con el que no hay por qué mostrarse blandos. Esto ponía en evidencia la ubicuidad del interés por encontrar pruebas de la responsabilidad de los indios.

Identificando a los responsables, intentando causas
Una vez que algo malo nace, no se persigue sólo la forma de eliminarlo, sino también su raíz, para que no vuelva a producirse. Con esta razón, se dio, como principales responsables del ataque al Fortín Yunká y al levantamiento aborigen en general, a los capataces de los ingenios, quienes vendían armas a los indios que contrataban. Empero, esto valió de forma indirecta a la masacre, luego de haberse comprobado que el ataque se llevó a cabo con armas características de los nativos.
Otros consideran como desencadenante del hecho al episodio señalado en Comandante Fontana, donde la muerte de un pilagá, comentada líneas arriba, disgusta a Garcete, quien parte con la venganza sembrada en su ira y, guiado por su costumbre devastadora de malón, aprovecha la guarnición menos defendida de la cual tenía conocimiento —el Fortín Yunká— y allí descarga su bronca.
Pero la idea de atribuirle el hecho a Garcete se pone en duda al poco tiempo, al no encontrarse en su toldería armas, ganado ni monturas del saqueo. Como consecuencia, se traslada la responsabilidad a los maká, que encuentra sustento en una declaración del Sargento Ramírez: en 1930 recibe noticia de que en el Fortín Lugones un grupo de indios maká llegan armados con carabinas que llevaban impreso el escudo nacional argentino y, comparándose su numeración, se comprobó que eran las robadas en 1919 a Yunká.
Por este medio se desarrolla una tercera conclusión, que contempla la participación conjunta de aborígenes pilagá y maká en sociedad, llevándose una responsabilidad compartida. Y, partiendo de esta afirmación, nace la cuestión: si los aborígenes se consideraron afectados injustamente por el hombre en la represión, ¿por qué habrían dejado en la nada su denuncia contra los hombres? ¿acaso porque en realidad no eran inocentes? Pero esta suposición se anula a sí misma cuando se agrega, con razón, que los nativos no confiarían jamás su inocencia a los hombres.
Luego, el episodio de las armas del Ejército en manos de los maká no comprueba nada, pues pudieron haber llegado a sus manos por venta o trueque de quienes se quisieran deshacer de ellas o lucrar. Respalda su inocencia el haberse presentado ingenuamente en un puesto militar argentino portándolas.
La versión más lógica agrega —siguiendo la línea que delega en Garcete toda la responsabilidad— que el cacique pilagá se atrevió al ataque por encontrarse distante en un lugar que, supuso, no alcanzaría represión alguna.

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(1) No obstante, otros autores afirman que hasta los perros fueron degollados sin piedad.
(2) El capitán Boy hizo una lista de estos objetos, entre los que se nombraban: unos pares de calzados pertenecientes a Morínigo, a Vallejos y a las mujeres; cubiertos pertenecientes a Almeyda; prendas de los niños muertos; municiones y bolsas con yerba, maíz y tabaco de la cantina; pavas, hachas, ollas y medicamentos.


CAPÍTULO TERCERO. Otras anotaciones complementarias

Es un hecho manifiesto que las circunstancias y detalles de los hechos nunca fueron aclarados correctamente, y la esperanza de que lo sean es nula, porque sólo sobrevivieron dos criaturas como testigos que, por su corta edad, no estaban en condición de puntualizar con precisión lo acontecido, aunque quizá hubiesen presenciado muchas escenas importantes, el estupor de la sorpresa, el miedo, les llevó a olvidar voluntariamente buena parte de lo visto.
Su condición pudo deberse al azar y a la suerte, al ser abandonados creyéndose sin vida y a la oportuna llegada de su padre, justamente en el momento en que recuperaban el sentido.
Sobre ellos, un ejemplar del diario «Clarín» del año 1969 recuerda: Ambos niños fueron dejados bajo la tutela de la señora María Machutti. La niña, Erminda Enciso, viviría años más tarde en casa de un médico en Resistencia. El varón, Ramón Enciso, fue soldado voluntario del Regimiento de Gendarmería de Línea, pasando después a la Policía Provincial, pero no siguió en ninguna de las dos instituciones por problemas de conducta. Presenció, en mayo de 1935, la inauguración del monolito que el Ministerio de Guerra levantó en el lugar donde fueron enterradas las víctimas, recordando la memoria de los caídos —reemplazando una vieja cruz de quebracho que se había postrado en ese lugar como primer homenaje y que ahora se levanta en la sección «Leyes» en los cuarteles de la Gendarmería Nacional—. En dicho acto, Ramón Enciso montaba guardia sobre la cobertura de cemento que cubre la tumba colectiva de las víctimas. Desde entonces, hasta 1969 —que se ve como uno de los últimos intentos por reubicar a los protagonistas del suceso—, no se tuvo noticias de él, creyéndose que debía estar viviendo por el Chaco.
Y hasta la actualidad, el paradero de la historia real es desconocido. Así también, el paradero de sus protagonistas goza de la misma suerte. 

CONCLUSIÓN

UNO. Buscando desde el principio apuntar los hechos más probables como posiblemente reales, podemos considerar, por causa del ataque, al asesinato de un pilagá —el cual se narró fugazmente como una opción— por manos injustas, que luego llevaría a sus congéneres descontrolados por la ira a buscar venganza por el camino más viable; entran en escena los maká, que, aliados hace tiempo con aquella tribu, resultan de provecho para concretar, sin muchos inconvenientes, dicha venganza. Hay factores secundarios pero también muy cruciales, como el descuido de los soldados, y la confianza tomada hacia los indios · Pero, ante esta exposición, nace de la nada una gran duda: ¿en verdad fueron los indios los responsables del asalto, o —considerando que así fuera— fueron por lo menos los responsables quienes recibieron la represión; cómo se llegó a determinar que los verdaderos culpables recibieron justo castigo? · Por otra parte, mencionadas represiones, que fueron llevadas con inmensa dedicación por los justicieros, merecen echarse en culpa por las injusticias que cometieron quemando tolderías, saqueando, matando, en fin, demostrando ser mucho peores que los culpables del ataque al Fortín Yunká: demostrando ser ellos mismos los culpables de la masacre.
DOS. Resulta algo extraño —y un poco engañoso, si así podemos llamarlo— establecer algún tipo de conclusión en torno a todo lo investigado. Quienes nos antecedieron —en sus estudios, búsquedas, indagaciones, entre tantos esfuerzos— intentaron, como nosotros, buscar un por qué a esta tragedia. Muy poco se obtuvo al final, y hoy nos toca, irremediablemente, aclarar cada por qué entre tantos, condensarlos y establecer un por qué más, otro definitivo para contar, depuración de una suposición de lo concreto para adaptarlo a una versión más relativa, más vaga y fugaz · Si bien la información con la que se cuenta no es tan reducida, es tan escasa por ser repetitiva, reproduciéndose datos en un lugar que citara a otro, más exacto, que a su vez se hubo basado en otro más extenso. Inevitablemente, nos ha tocado a nosotros ser parte de esta larga lista de compiladores, no en vano. Mientras más versiones existan, mientras más veces repitan la misma palabra, el eco se formará tan férreamente que retumbará en los oídos más lejanos, reclamando atención, recuperando su lugar. Por lo menos hemos intentado aquí multiplicar esta voz para rescatar, como se dijo en el principio, la historia moribunda de sus cenizas, el reanimarla y remarcarla tiene como fin arrancar del sopor de la ignorancia a quienes la ignoren. En fin, para atraer la atención desvalida y revalidarla en la realidad del pasado, para el presente y el futuro practicar · Las fechas resultan inexactas, los protagonistas en realidad nunca participaron, hay sobrevivientes muertos, hay muertos que nunca murieron, la confusión es repentina y no permite descanso. Se roba la incertidumbre de todos. Los hombres se matan unos a los otros, es decir, terminan suicidándose. No saben por qué. Se dan diferencias porque unos no saben por qué en su idioma, otros no saben por qué en su lengua y el resto no sabe por qué los demás no saben el porqué. Así es como todos nos enlazamos en la ineludible cleptómana confusión · La “verdadera verdad” fue robada por los responsables de este suceso —tanto los buenos como los malos—, y buscar ese tan deseado por qué sería redundar en la historia y en la fantasía, ya que no se tienen documentos claros y concisos de lo sucedido, por lo que las conclusiones finales se ven limitadas a deducciones libradas al juicio de cada uno de los hombres · Nos supera el afirmar que la verdad, en toda su razón, hasta el menor rastro de su esencia, yace agonizante en las reminiscencias de la historia del mundo.

Realizado con la colaboración de Daniel Izquierdo y Cristian Barrios.







LAS HORAS EXTRAS


Por Sebastián Serrano Alou -1-

Abogado Laboralista



El disvalor humano de la realización de horas extras

Por diferentes razones, 614.200.000 de seres humanos trabajan más de lo que deberían, es decir más de 48 horas semanales. La cifra surge de "Working Time Around the World ", una publicación de la Organización Internacional del Trabajo, que estudió esta situación que afecta al 22 por ciento de la fuerza laboral mundial, y que tuvo como eje países en desarrollo o transición -2-.
En la Argentina cerca de un 30 por ciento del total de las personas que trabajan lo hacen en exceso de la jornada laboral -3-. Mientras en los países industrializados se trabaja cada vez menos horas, en la Argentina (con una de las jornadas laborales más extensas del mundo occidental) pasa lo contrario, con un agregado no menor: aquí, los salarios son sustancialmente más bajos; en definitiva, aquí en la Argentina se trabaja más tiempo y se gana menos dinero -4-.
Las horas extras son desfavorables por muchos motivos. Limitan el tiempo de que dispone la persona para su desarrollo personal, influyen negativamente en su salud, limitan la posibilidad de acceder a un puesto de trabajo a otras personas, muchas veces no son abonadas o son abonadas en forma injusta, etc.
Al aumentarse la jornada de trabajo con las horas extras, se reduce el tiempo libre o propio del dependiente; tiempo libre que el ser humano debe emplear para su descanso higiénico, para su distracción, su educación y perfeccionamiento, para su contacto familiar, para ocuparse de la educación, formación y crecimiento de sus niños, para su ocio, para, en fin el aprovechamiento y goce de su propia vida. Además, cuando el trabajador se ata al ingreso adicional de la jornada extraordinaria está potenciando su inferioridad y su dependencia ya que se expone a que un acto voluntario del patrón (dejar de dar horas suplementarias) le produzca súbitamente una disminución de sus ingresos relevantes -5-.
Parte de la doctrina ha llegado a proponer la disminución o supresión de las horas extras, alegando que si bien constituyen un aliciente económico para el obrero tienen el peligro de hacerle gastar más rápidamente las energías, instituyendo negativamente en su organismo, conduciéndolo a la fatiga y consecuentemente, a las alteraciones del sueño, a las perturbaciones viscerales, digestivas, cardiovasculares, funcionales y sexuales, influidas por los factores de fatiga profesional; siendo indudable que una actividad intensa, prolongada y estresante, sin los períodos adecuados de descanso, constituye un campo propicio para el desarrollo de enfermedades físicas y psíquicas habiéndose establecido desde antiguo que la fatiga patológica tiene consecuencias fisiológicas (disminución de la actividad funcional del organismo); psicológicas (sensación de malestar) y bioquímicas (modificación sustancial del metabolismo) -6-.
Existen estudios que señalan que aquellas personas que trabajan horas extras son más propensas a padecer ansiedad y depresión, en especial si la remuneración es baja o el trabajador no es habilidoso, apuntando que trabajar aunque sea pocas horas extras puede incrementar el riesgo de “malestar mental” -7-.
La violación de los límites del trabajo humano produce niveles de cansancio y agotamiento en el individuo que minan su resistencia, lo que conduce directamente al acrecentamiento geométrico de los accidentes de trabajo y a la disminución de la productividad -8-.
Aun en la peor de las crisis el trabajador no debe resignar su descanso que es, en definitiva, una necesidad fisiológica y psicológica, como lo están demostrando los modernos estudios sobre "stress". Menos aún puede el trabajador abdicar del derecho/deber de ocuparse de su familia, porque los males económicos de la sociedad pasarán pero la malogración social, la desorganización familiar, la ruptura generacional entre padres e hijos y la desunión de las familias son las causas que provocan la crisis moral de la que difícilmente pueda escaparse. La frustración del hombre (o la mujer) que, por laborar en exceso, no ve a sus hijos lo suficiente, que discute con su cónyuge por el cansancio excesivo que trae al regreso a casa (discusión que suele asociarse con alcoholismo y violencia familiar), que no vive su propia vida, que ha puesto el trabajo como fin en lugar de mantenerlo como medio, esa frustración, remarquémoslo, es angustiante, desintegradora y lo desequilibra como ser humano y como trabajador -9-.
La finalidad higiénica de las disposiciones legales sobre descanso diario mínimo (art. 197 RCT) y limitación de la jornada de trabajo (ley 11.544) se ve muchas veces desvirtuada por circunstancias económicas y sociales al punto que actualmente el trabajador debe tener más de un empleo o laborar horas extras por razones de subsistencia o para resistir a la presión de su empleador en cuanto al cumplimiento de objetivos o a la amenaza de despido -10-.
El tiempo es el campo del desenvolvimiento humano. Un hombre que no pueda disponer de ningún recreo, cuya vida entera (abstracción hecha de las simples interrupciones del sueño y las comidas) se halle acaparada por su trabajo, resulta menos que una bestia de carga. Es una mera máquina de producir riqueza para otros, se encuentra físicamente quebrado, espiritualmente bestializado -11-.
El fenómeno de las horas extras dista de ser sencillo, pero si algo podemos extraer en concreto, es que el primer perjudicado con este fenómeno es el trabajador, quien sufre perjuicios reales que son cada vez más comunes, mientras que quien obtiene un beneficio es el empleador. El trabajador pierde el tiempo necesario para realizarse en los distintos ámbitos de su vida, para desarrollar su personalidad individual; Mientras que el empleador logra muchas veces disminuir los costos laborales de su empresa.
Es por eso que la limitación de la jornada laboral ha sido desde siempre un tema fundamental de los trabajadores, razón por la cual el 1 de mayo, es el día del trabajador, en conmemoración a las huelgas tendientes a lograr una jornada laboral de 8 horas -12-.

La prueba de las horas extras

La prueba de las horas suplementarias no ha de ser imposible o diabólica, exigiendo al pretensor “la minuciosidad de un relojero” -13-. El trabajo realizado en horas suplementarias, como dato de la realidad, puede ser demostrado por cualquier medio de prueba, presunciones y testigos incluidos, sin que pueda afirmarse que la prueba ateniente a este hecho debe ser valorada con mayor estrictez -14-.
Ninguna norma sustancial o formal exige juzgar las horas suplementarias con un rigor especial, o carga al pretensor de las mismas con mayores exigencias a las comunes para demostrar los hechos denunciados -15-. No existe norma alguna que cargue al trabajador con el deber procesal de demostrar el horario de trabajo y probar las horas extraordinarias afirmadas, porque corresponde al empleador demostrar el horario de trabajo -16-.
Los jueces deben valorar las pruebas referidas a las horas extras conforme a las reglas de la sana crítica en vez de renunciar a la amplitud de criterio que otorga el sistema, para aferrarse al dogma de exigir un mayor rigor en relación a la prueba de las horas extra, porque no resulta de ninguna norma ni principio y hasta, si se quiere, es incompatible con la realidad y la lógica pues, se exige mayor rigor probatorio con relación a un hecho que cuando es real, resulta muy difícil de probar con precisión por parte del trabajador afectado 17-.
El principio general de que la prueba del hecho controvertido corre a cargo de quien lo afirma, en materia laboral sufre el impacto de la inversión de la carga de la prueba en cuanto el empleador ha de probar, en este caso, el horario del establecimiento -18-. Dada la inversión de la carga de la prueba no corresponde al empelado probar el horario en el que ha trabajado, sino que pesa sobre el empleador probar el verdadero horario -19-.
Una vez aceptada la relación laboral la carga de la prueba se invierte, debiendo el empleador demostrar lo contrario de lo afirmado por el trabajador -20-.
Es de destacar la Doctrina del Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos, la cual surge del caso Villalba -21- , y que establece la inversión automática de la carga probatoria -22- si se verifica la intimación precisa del trabajador al empleador para que exhiba el registro especial contemplado en el artículo 6 inciso c) de la ley 11544 y 21 del Decreto 16115/33, y el empleador no los exhibe. Para este Tribunal, en relación a la realización de horas extras, es aplicable la presunción que emerge de los artículos 50, 55 y cc. de la RCT y el art. 87 del Código Procesal Laboral de la Provincia. Esta presunción, es de las conocidas como “iuris tantum”, de modo que la cantidad reclamada se tendrá por cierta de comprobarse los presupuestos para que ella opere y prevalecerá siempre y cuando no sea desvirtuado por otro medio probatorio -23- .
Los artículos de la RCT -24- son de aplicación en todo el país. En cuanto al art. 87 del CPL de Entre Ríos -25- , el mismo guarda estrecha relación con el art. 55 de la RCT, además de encontrarse artículos similares en varios Códigos Procesales Provinciales -26- .

REFERENCIAS

1) Todo lo desarrollado a continuación, se encuentra expuesto con mas extensión y precisión en: SERRANO ALOU, Sebastián, Las horas suplementarias y su prueba, Editorial Errepar, Errenews, Novedades, Santa Fe, 25/08/2008, N°1, 25 de Agosto de 2008; La prueba de los hechos habituales de la relación laboral: el caso de las horas suplementarias, Derecho del Trabajo On Line, Año 4, N° 687, Miércoles 18 de Marzo de 2009
2)http://www.ilo.org/public/english/protection/safework/cis/oshworld/news/work-time.htm
3) http://www.ieco.clarin.com/notas/2007/08/28/01487476.html
4) Cfr. SPREAFICO, Sonia, Las horas extras como integrantes de la obligación registral del empleador, La Ley, DJ 2005-3, p 688
5) MAZA, Miguel Ángel, Algunas reflexiones acerca de la nocividad de realizar horas extras en forma crónica, DT, 1993-B, 893
6) Cfr. RUBINSTEIN, Santiago, Las incapacidades Laborativas. Derechos de los incapacitados, Depalma, Págs. 94 y ss.; MAZA, Miguel Ángel, Algunas reflexiones acerca de la nocividad de realizar horas extras en forma crónica, DT, 1993-B, 893
7) http://www.infobae.com/notas/nota.php?Idx=386749&IdxSeccion=0
8) MAZA, Miguel Ángel, Algunas reflexiones acerca de la nocividad de realizar horas extras en forma crónica, DT, 1993-B, 893
9) MAZA, Miguel Ángel, Algunas reflexiones acerca de la nocividad de realizar horas extras en forma crónica, DT, 1993-B, 893
10) Cámara del Trabajo Mendoza., sala 1°, 24/02/06, “Pérez, Juan Antonio c/ Banco San Juan SA”
11) Cfr. CAPON FILAS, Rodolfo, con cita de MARX, Kart, Principios Filosóficos, Bs. As., 1945, p. 246 en: CNTrab, sala VI, 29/08/01, “Valdez, Martín F. c/ Seguridad Argentina SA”; 10/04/02, “Velásquez, Arnaldo R. c/ Tecno Wash SRL”
12) http://en.wikipedia.org/wiki/Eight_hour_day; http://es.wikipedia.org/wiki/D%C3%ADa_Internacional_del_Trabajo#La_reivindicaci.C3.B3n_de_la_jornada_laboral_de_8_horas
13) Cfr. CAPÓN FILAS, Rodolfo, en: CNTrab, sala VI, 17/02/94, “Salusso, Roque A. c/ Daura SA”; 20/02/06, “Cisneros, Eusebio S. c/ Plastipren SCA”
14) Cfr. CAPÓN FILAS, Rodolfo, Derecho del trabajo, Editorial Platense SRL, La Plata, 1998, p 583 y en: CNTrab, sala VI, 10/08/05, “Corleto, Carla c/ Perez, Graciela A.”; 28/05/03, “Sanchez, Urbano c/ Zalcman, Naun”; 10/04/02, “Velásquez, Arnaldo R. c/ Tecno Wash SRL”; GORLA, Miguel A. y RUSSO, Patricia S., La apreciación judicial de la prueba en el proceso laboral, Lexis Nexis, RDLSS 2008-5-377; ANDINO, Claudio E., La prueba de la jornada de trabajo(a manera de poner vino nuevo en odres viejos), Lexis Nexis, RDLSS 2004-22-1654; SPREAFICO, Sonia, Las horas extras como integrantes de la obligación registral del empleador, La Ley, DJ 2005-3, p 688; CNTrab, sala X, 29/05/06, “Reingart, Ricardo Guillermo c/Club Nautico Acoja Asoc. Civil”
15) Cfr. CAPÓN FILAS, Rodolfo, en: CNTrab, sala VI, 28/05/03, “Sanchez, Urbano c/ Zalcman, Naun”; 10/04/02, “Velásquez, Arnaldo R. c/ Tecno Wash SRL”; PERUGINI, Eduardo, Algo sobre las horas extras, DT, 1994-B, 1370
16) Cfr. CAPÓN FILAS, Rodolfo, en: CNTrab, sala VI, 30/10/02, “Herrera Correa, José L. c/ Coca Cola FEMSA de Buenos Aires SA”; 08/02/02, “Garcia, Juan J. c/ Antillana SA”; 20/02/06, “Cisneros, Eusebio S. c/ Plastipren SCA”
17) Cfr PERUGINI, Eduardo, Algo sobre las horas extras, DT, 1994-B, 1370
18) CAPÓN FILAS, Rodolfo, Derecho del trabajo, Editorial Platense SRL, La Plata, 1998, p 585
19) Cfr. CAPÓN FILAS, Rodolfo, en: Derecho Laboral I, Platense, La Plata, 1979; y CNTrab, sala VI, 17/02/94, “Salusso, Roque A. c/ Daura SA”; 20/02/06, “Cisneros, Eusebio S. c/ Plastipren SCA”
20) Cfr. CAPÓN FILAS, Rodolfo, en: CNTrab, sala VI, 10/08/05, “Corleto, Carla c/ Perez, Graciela A.”; 10/04/02, “Velásquez, Arnaldo R. c/ Tecno Wash SRL”; 07/02/06, “Padovani, Maria C. c/ Migal Publicidad SA”
21) Cfr. Sup. Trib. Just. de Entre Rios, sala del trabajo, 04/11/94, “Villalba, Daniela M c/ Hotelera Rio Uruguay SA y otro”
22) Cfr. Sup. Trib. Just. de Entre Rios, sala del trabajo, 15/12/04, “Alvarez, Alcidez Jorge c/ Distribuidora Guadalupe SRL”
23) Cfr. Sup. Trib. Just. de Entre Rios, sala del trabajo, 12/02/98, “Bourlot, Luis R. c/ Eggs, Nestor”; 14/11/97, “Wagner, Jorge José c/ Rufino, Pablo Baggio”
24) Arts. 23, 50 y 55 RCT.
25) Prueba instrumental - Art. 87- (Texto según ley 6244, art. 1 ). Cuando en virtud de una norma de trabajo exista la obligación de llevar libros, registros, planillas y toda otra documentación especial, y a requerimiento judicial no se los exhiba, o resulte que no reúnen las exigencias legales o reglamentarias, los jueces merituarán tales circunstancias otorgándoles valor de presunción a favor del trabajador, a las afirmaciones de éste o de sus causahabientes sobre los hechos invocados en la demanda y que debieron consignarse en aquéllos.
26) BUENOS AIRES: LIBROS Y REGISTROS ARTICULO 39.- Cuando en virtud de una norma legal aplicable exista obligación de llevar libros, registros o planillas especiales de índole laboral, y a requerimiento judicial no se los exhiba o resulte que no reúne las exigencias legales y reglamentarias, incumbirá al empleador la prueba contraria si el trabajador o sus derecho-habientes prestaren declaración jurada sobre los hechos que debieron consignarse en los mismos. En los casos en que se controvierta el monto o el cobro de remuneraciones en dinero o en especie, la prueba contraria a la reclamación corresponderá al empleador.
MENDOZA: De la inversión de la prueba *art. 55- incumbirá al empleador la prueba contraria a las afirmaciones del trabajador: a) cuando el obrero reclame el cumplimiento de prestaciones impuestas por la ley; b) cuando exista obligación de llevar libros, registros o planillas especiales, y a requerimiento judicial no se los exhiba, o cuando no reuna las condiciones legales o reglamentarias; c) cuando se cuestione el monto de retribuciones. Acreditada la relación laboral se presume la existencia del contrato de trabajo, salvo prueba en contrario. (…) . (texto según ley 5725 art. 1o)
CORDOBA: Inversión de la prueba Artículo 39.- Corresponderá al empleador la prueba contraria alas afirmaciones del trabajador cuando: 1) El trabajador reclame el cumplimiento de obligaciones impuestas por la ley o las convenciones de trabajo o laudos con fuerza de tales. 2) Exista obligación de llevar libros, registros, planillas especiales u otra documentación laboral o la que no siendo obligatoria de llevar por el empleador y, a requerimiento judicial no se la exhiba, o resulte que no reúnen las condiciones legales o reglamentarias o el reclamo verse sobre rubros o montos que deben constar u obtenerse de los mismos. 3) Se cuestione el monto de retribuciones establecidas por la ley, Convención Colectiva de Trabajo, o acuerdo de partes, salvo que éstas hubiesen convenido una suma superior a la impuesta por la ley o Convención Colectiva
TUCUMAN Art. 61.- Documentación Laboral y Contable. A partir de notificación de la demanda, el demandado deberá mantener su documentación laboral y contable a disposición del juzgado, a cuyo efecto informar con el responde el lugar en que se encuentra. Asimismo deberá informar los sucesivos traslados de que fuera objeto durante la sustanciación del proceso. La omisión de este requisito o la falsa información que se proporcione, previo requerimiento judicial, autorizar al juez o tribunal a tener por ciertas las afirmaciones del trabajador o sus causahabientes sobre las circunstancias que deban constar en tales asientos, salvo que se discutiera el monto de las remuneraciones, en cuyo caso deberá estarse a lo dispuesto por la ley de fondo.-