La Cámara del Crimen porteña revocó el sobreseimiento de un enfermero de un hospital porteño acusado de haberle practicado sexo oral a un paciente al que estaba internado y al que antes le suministró drogas.
El hecho ocurrió en la noche del 17 de enero de 2009, cuando el enfermero de iniciales O. D. Y. entró en el box 7 del área de cardiología del centro asistencial. "Vengo a hacerte una rasuración porque está mal hecha", le explicó al paciente, según publica el sitio Online-911.
El fallo detalla que el acusado "habría suministrado un ansiolítico al paciente, lo que ocasionó que se sintiera mareado y no pudiera oponer resistencia alguna".
El enfermero habría afeitado en la zona genital al paciente, le dio de tomar dos pastillas que le provocaron mareos y luego comenzó a "masturbarlo, al tiempo que pasaba algodón alrededor de sus genitales con Pervinox y soplaba para que el líquido se secara, luego de lo cual introdujo en su boca el miembro del hombre", detalla el fallo firmado por los camaristas Mirta López González, Rodolfo Pociello Argerich y María Laura Garrigós de Rébori.
De acuerdo a los dichos de testigos, después de lo sucedido al paciente se lo vio "sumamente angustiado e incluso lloró al rememorar lo vivido".
Los jueces consideraron que "no existen razones para poner en tela de juicio el testimonio del denunciante, ni se advierte un obrar movido en algún interés, odio, enemistad o ánimo de perjudicar deliberadamente al imputado, no parece razonable restarle valor a sus dichos, por la sola circunstancia de que el horario en que sitúa el hecho no coincida con el consignado en los registros de enfermería".
El hecho quedó encuadrado como "abuso sexual con acceso carnal".
El hecho ocurrió en la noche del 17 de enero de 2009, cuando el enfermero de iniciales O. D. Y. entró en el box 7 del área de cardiología del centro asistencial. "Vengo a hacerte una rasuración porque está mal hecha", le explicó al paciente, según publica el sitio Online-911.
El fallo detalla que el acusado "habría suministrado un ansiolítico al paciente, lo que ocasionó que se sintiera mareado y no pudiera oponer resistencia alguna".
El enfermero habría afeitado en la zona genital al paciente, le dio de tomar dos pastillas que le provocaron mareos y luego comenzó a "masturbarlo, al tiempo que pasaba algodón alrededor de sus genitales con Pervinox y soplaba para que el líquido se secara, luego de lo cual introdujo en su boca el miembro del hombre", detalla el fallo firmado por los camaristas Mirta López González, Rodolfo Pociello Argerich y María Laura Garrigós de Rébori.
De acuerdo a los dichos de testigos, después de lo sucedido al paciente se lo vio "sumamente angustiado e incluso lloró al rememorar lo vivido".
Los jueces consideraron que "no existen razones para poner en tela de juicio el testimonio del denunciante, ni se advierte un obrar movido en algún interés, odio, enemistad o ánimo de perjudicar deliberadamente al imputado, no parece razonable restarle valor a sus dichos, por la sola circunstancia de que el horario en que sitúa el hecho no coincida con el consignado en los registros de enfermería".
El hecho quedó encuadrado como "abuso sexual con acceso carnal".
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